05 abril 2012

Yo te quiero mucho, y me alegro de que por fin, por fin seas feliz de verdad. De que por fin sonríes, por fin te veo bien, y ahora que estaráss junto a él, no dejarás escaparlo por nada del mundo, por nada. No cometas el mismo error de siempre, porque supongo que él será tu medio limón, tu media naranja o tu media manzana. O tu medio platano.

Esas caras que ponemos en matemáticas, esos gritos por la mañana, los abrazos aplasta*, los movimientos a lo "idiota", las risas estridentes en los cambios de clase, las lágrimas de las noches de los sábados, el rencor, el amor, el cariño y la felicidad, la locura y la tristeza, la seriedad y la felicidad, son cosas que unen, y a mí por lo menos me han unido a ti. Para demostrarte que te quiero, nada mejor que estar siempre a tu lado, para lo que necesites, en lo bueno y en lo malo. Estaré aquí para ayudarte y para aconsejarte lo mejor que pueda, para abrazarte y protegerte cuando lo necesites, para sacarte una sonrisa cuando estés triste. Porque te quiero Ce, y no permitiré que nada ni nadie se interponga entre nosotras. Porque eres tú la que me escucha, y la que me hace sonreírle a la vida. Te juro que no te traicionaré, y ya me he quedado en blanco. Te he dicho casi todo lo que siento aunque falta decirte una cosa: ¡te amo! y no dejaré de decirtelo nunca, porque es lo que siento. Tú, mi vida entera. Siempre de tu mano. A.p.s.

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Quizás te ayudaría comer maquillaje, pues de ese modo tal vez seas bonita por dentro también.
Es díficil saber si mañana seguirás pensando en lo mismo que hoy. Pues tal vez, las cosas, de un día para otra, puedan cambiarse.
Planeo una escapada, y si te vienes conmigo no me importa donde ir, improvisaremos.